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Ubicado en la soleada provincia de Alicante, El Campello se alza como un auténtico tesoro costero, una joya resplandeciente en la corona del Mediterráneo. Sus 23 kilómetros de litoral, que se extienden como un abrazo al mar, forman la franja más extensa de playas y calas de toda la provincia. Este rincón paradisíaco recibe a sus visitantes con la cálida caricia de la arena dorada en playas icónicas como las renombradas Muchavista y Carrer la Mar. Además, esconde calas apacibles que emergen como gemas ocultas tras la majestuosidad de la Illeta, una formación rocosa que custodia secretos y encantos únicos.
En el abrazo armonioso entre la naturaleza y el mar, las montañas se alzan como guardianes protectores. Desde la majestuosidad de la Lloma de Reixes hasta las punteaduras de los roquedales en les Puntes de Gosálvez y la Sierra del Xixí, estas elevaciones abrazan la costa en una sinfonía de tonos verdes y azules.
La historia resuena en cada rincón de El Campello como un eco de épocas pasadas. En La Illeta dels Banyets, la tierra susurra los secretos de culturas ancestrales. Aquí, los vestigios de las civilizaciones íberas y romanas se entrelazan con reliquias que datan del Calcolítico y la Edad del Bronce, brindando una ventana hacia el pasado que nos conecta con las raíces más profundas de la humanidad.
El siglo XVI, teñido por las sombras de los ataques piratas berberiscos, inspiró la construcción de las torres vigías a lo largo de la costa. Entre ellas, la Torre del Barranc d'Aigües, majestuosa en su elevación sobre un acantilado, y la emblemática Torre de la Illeta, se yerguen como testigos imperturbables del pasado heroico de la localidad.
A pesar de sus raíces en la pesca y la agricultura de secano, la economía campellera ha evolucionado, abriendo sus puertas al turismo. No obstante, la esencia del pasado persiste en la lonja de pescado, donde el bullicio de la subasta vespertina permite a los visitantes sumergirse en la autenticidad de la vida marinera.
La Casa de Cultura, corazón palpitante de la creatividad, despliega su abanico anual de eventos culturales. Teatro, danza, conciertos, exposiciones y cursos se desdoblan en su interior, nutriendo los sentidos y alimentando la pasión por el arte en su auditorio y anfiteatro al aire libre.
Los 23 kilómetros de costa abrazan aguas serenas y cristalinas que embriagan los sentidos. Extensas playas de arena fina como lienzos inmaculados se funden con calas íntimas rodeadas de rocas, invitando a los exploradores a descubrir sus secretos ocultos.
Hacia el sur, la tierra se despliega en una llanura que acoge la extensa playa Muchavista, un paraíso de sol y mar. En contraste, la playa Carrerlamar, galardonada con la prestigiosa Bandera Azul de la Fundación Europea de Educación Ambiental, es un testimonio de su compromiso con la sostenibilidad.
Al norte, entre chalets y suaves acantilados, yacen pequeñas calas y playas que ofrecen rincones de tranquilidad y belleza única.
La Torre del Barranc d'Aigües, hermana de la emblemática Torre de la Illeta, emerge como un faro del pasado. Construida en la segunda mitad del siglo XVI para protegerse de los piratas berberiscos, se alza en un paraje de belleza sobrecogedora. Este rincón alguna vez marcó la frontera entre los reinos de Castilla y Aragón, hasta que Jaime II anexó definitivamente estos territorios a la Corona de Aragón.
Visitar El Campello no se trata solo de elegir una playa, sino de sumergirse en un viaje a través del tiempo y las culturas que han dejado su huella en sus rincones. Desde la Illeta dels Banyets hasta la Torre Vigía de la Illeta, pasando por la Ermita de la Virgen del Carmen, la Iglesia de Santa Teresa y los Jardines de Villa Marco, cada lugar cuenta una historia cautivadora.
Las playas y calas satisfacen todos los anhelos de los amantes del mar. Desde la tranquilidad de la Cala d'Enmig hasta la belleza pintoresca de la Cala d'Or, o la animada Playa de Muchavista, cada rincón ofrece una oportunidad para nadar, practicar deportes acuáticos o simplemente sumergirse en la serenidad del entorno.
Las rutas naturales, ya sea en bicicleta o a pie, descubren la exuberancia de la naturaleza circundante, mientras que el club náutico y las vibrantes festividades de Moros y Cristianos en octubre brindan experiencias inolvidables de camaradería y celebración.
El Campello es un destino que despierta todos los sentidos y anhelos. Sus playas, su historia y su entorno natural aguardan pacientemente la oportunidad de ser explorados y admirados. Un viaje a El Campello es un viaje hacia la belleza del pasado y la promesa del presente, donde cada rincón cuenta una historia única en un entorno que abraza la fusión sublime de la naturaleza y el mar.